jueves, 23 de septiembre de 2010

Carancho (Pablo Trapero, 2010)

Tráiler

EL PODER DEL DINERO

carancho

  1. m. Ave falconiforme carroñera, de color pardo y cabeza blancuzca, que vive en Argentina.

En Argentina mueren 22 personas diarias como consecuencia de accidentes de tráfico, lo que supone 8000 personas al año y un millonario negocio alrededor de las aseguradoras y sus indemnizaciones. Un pastel económico de millones de pesos del que tratan de alimentarse tanto la mafia como la policía, los abogados y los médicos, dejando simples migajas para los accidentados.

Sosa y Luján son dos personas atrapadas en una realidad que se han visto obligados a vivir. Sosa es un abogado que debe trabajar para la mafia si quiere recuperar su licencia. Su objetivo son los supervivientes de los accidentes de tránsito y sus millonarias indemnizaciones, embaucando tanto a las aseguradoras como a los damnificados.
Luján es una doctora que tiene que trabajar varios turnos y sumar muchas horas si quiere tener una plaza estable en el policlínico. Durante el día hace turno en urgencias y por las noches recorre San Justo (dentro del conurbano bonaerense) en ambulancia, jugándose el pellejo entre borrachos, drogadictos y esquizofrénicos.
Ambos están cansados y se sienten solos, así que cuando se conozcan después de sucederse un accidente (uno buscando un posible cliente y otra intentando salvar una vida), se aferrarán el uno al otro. Pero si la incipiente relación significará para Sosa una oportunidad para (y un interés por) cambiar de vida, en el caso de Luján será un encontronazo con la vida real, un descubrimiento del oscuro negocio que existe a expensas de vidas humanas.

El mundo que plantea Pablo Trapero es completamente negro. La sensación de desamparo que consigue transmitir el filme es total, mostrando una corrupción que alcanza a todos los representantes de la ley (policías, abogados, jueces, etc.). El volumen de dinero que se mueve es tan grande que cualquiera puede salir impune de un crimen si es beneficioso para el negocio.

El sistema sanitario tampoco sale muy bien parado, con unas instalaciones en ínfimas condiciones, sobrecargadas de enfermos y con médicos y enfermeros que colaboran con los criminales, convirtiendo prácticamente en héroes a los doctores que como Luján son capaces de trabajar en tales circunstancias.

El director de las espléndidas Mundo grúa (1999), El bonaerense (2002) y Leonera (2008) continúa con su estilo cercano al documental, haciendo buen uso de la cámara al hombro y de los primeros planos. Una cámara que parece perseguir en todo momento a los dos protagonistas, invadiendo sus vidas y creando una total sensación de desasosiego.

La película rezuma realismo en todo momento, con un reparto excelente y unas localizaciones siempre creíbles, destacando el buen hacer y la buena química establecida entre Ricardo Darín y Martina Gusman, actriz fetiche (y esposa) del realizador.

Sergio Herrada Ruiz

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